sábado, marzo 03, 2007

Telepatía

Telaraña en la lluvia



Hay algo muy poderoso en el hacer preguntas. Lo sé porque frecuentemente escribo en los foros, y a menudo lo que tengo para ofrecer no son respuestas, sino preguntas y más preguntas.

Mis mensajes tienen siempre la misma intención que el escalón de piedra, servir de base para una escalera que desde ellos llegue hasta el cielo. Los escalones serán pisados y olvidados, esa es su función, pero harán posible que algún día bajen los ángeles por la escalera que forman. ¿No es acaso ese el sueño de todas las preguntas? ¿No es el beso de un ángel la respuesta que toda pregunta espera recibir un día?

Un mensaje escrito y lanzado al aire es como una telaraña sutil tendida en el espacio. Quien luego lo lee hace vibrar la tela con sus pensamientos. A veces incluso puedo sentirlo. Se que la tela de mi pregunta vibra. Miro en mi cabeza y encuentro ideas que no parecen mías, respuestas que llegaron sin sonido, como mails que alcanzaron mi correo sin necesidad de navegador. ¿Es esto lo que llaman telepatía?





No querría crear malentendidos. No son palabras articuladas lo que se recibe. Es más bien como cuando se recuerda una experiencia que se ha vivido. No la recuerdas como si la estuvieras contando a otro, en español, o inglés, o en la lengua que sea, sino más bien como una pasta compleja de sentimientos, ideas, recuerdos, olores, colores, sonidos. Recuerdas pedazos de vida empapados en emoción, y no palabras.

Lo extraño con las respuestas a mis preguntas es que son recuerdos de algo que yo no he vivido, pedazos de vida que no me pertenecen. Es como besar a alguien en los labios del alma. Por un momento, al fundirse los seres, parece como si las dos vidas se entrecruzaran, alimentándose una de otra. Luego miras, y las respuestas están ahí, a la altura de tu corazón. Las ramas de dos manzanos se tocan sobre la valla. Sopla el viento, las ramas se abrazan, y cuando vuelve la calma hay manzanas de cada árbol en el jardín del otro. Eso es, para mí, la telepatía.

También es posible que esté loco, aunque no lo creo. O mejor dicho, es probable que lo esté, pero me importa un bledo.



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