Fuji. Hokusai
Cuando recuperas la conciencia de tí es como si regresaras de un largo viaje.
“Vuelvo a ser yo, ahora, pero hace un instante no lo era”.
Es como si nacieras mientras vas caminando, cruzando las calles de tu ciudad o vagando por los campos de las afueras. Naces entre un paso y otro, entre dos miradas a mujeres distintas, entre una y otra respiración.
Pero ¿quien nace?¿quien eras un instante atrás?. Lo que antes fueras está cruzando su noche y su sueño, bajo la sombra de lo que eres ahora. Pero no ha muerto, y en algún momento volverá, parpadeando y diciendo ¿donde estaba?¿de donde vengo?
Como un incendio que ahora ardiera en un árbol y luego en otro, y en otro más allá y luego volviera al árbol primero. Como un jardín en el que fuera a la vez invierno y primavera, y nacieran los árboles, y murieran, para volver a nacer al momento...
No soy el que ahora escribe. No soy el que yo era. No soy el jardín. No soy el incendio. Soy, tal vez, lo que se da cuenta.
“Vuelvo a ser yo, ahora, pero hace un instante no lo era”.
Es como si nacieras mientras vas caminando, cruzando las calles de tu ciudad o vagando por los campos de las afueras. Naces entre un paso y otro, entre dos miradas a mujeres distintas, entre una y otra respiración.
Pero ¿quien nace?¿quien eras un instante atrás?. Lo que antes fueras está cruzando su noche y su sueño, bajo la sombra de lo que eres ahora. Pero no ha muerto, y en algún momento volverá, parpadeando y diciendo ¿donde estaba?¿de donde vengo?
Como un incendio que ahora ardiera en un árbol y luego en otro, y en otro más allá y luego volviera al árbol primero. Como un jardín en el que fuera a la vez invierno y primavera, y nacieran los árboles, y murieran, para volver a nacer al momento...
No soy el que ahora escribe. No soy el que yo era. No soy el jardín. No soy el incendio. Soy, tal vez, lo que se da cuenta.
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