La Gran Ola en un Abanico. Hokusai
¿Por qué cargar a los seres con el peso de nuestros juicios? ¡Todo es tan relativo! Sin este cuerpo de hombre, ¿que sentido tienen el lenguaje, la medida, la lógica y las demás cosas?
No lloro por mis opuestos. Ellos y yo vivimos siempre abrazados en el amor y en la guerra. Pero añoro lo que me es extraño, lo que no conozco, lo que aun no he hallado. Solo suspiro por lo que jamás llegaré a comprender. Fuego somos, y anhelamos ante todo, poder acariciar el agua.
No me resigno, y paso mis días construyendo puentes, tal vez hacia ningún sitio.
Lo opuesto al bien no es el mal, sino un bien distinto y quizá, solo quizá, incompatible con el primero.
El opuesto no es el extraño, sino el hermano. Para ser opuestos hay que estar fabricados de la misma cosa. Ser opuestos es estar sentados a la misma mesa, cada uno en un extremo.
El calor y el frío nacieron de la misma madre y sus diferencias son solo cuestión de crecimiento: el uno es el hijo mayor y el otro es el más pequeño.
Las palabras son engañosas. Para hablar de opuestos deberíamos usar los números. Por ejemplo: temperatura menos uno-temperatura treinta y siete, y así con todo.
El opuesto no es el extraño, sino el hermano. Para ser opuestos hay que estar fabricados de la misma cosa. Ser opuestos es estar sentados a la misma mesa, cada uno en un extremo.
El calor y el frío nacieron de la misma madre y sus diferencias son solo cuestión de crecimiento: el uno es el hijo mayor y el otro es el más pequeño.
Las palabras son engañosas. Para hablar de opuestos deberíamos usar los números. Por ejemplo: temperatura menos uno-temperatura treinta y siete, y así con todo.
¿Por qué cargar a los seres con el peso de nuestros juicios? ¡Todo es tan relativo! Sin este cuerpo de hombre, ¿que sentido tienen el lenguaje, la medida, la lógica y las demás cosas?
No lloro por mis opuestos. Ellos y yo vivimos siempre abrazados en el amor y en la guerra. Pero añoro lo que me es extraño, lo que no conozco, lo que aun no he hallado. Solo suspiro por lo que jamás llegaré a comprender. Fuego somos, y anhelamos ante todo, poder acariciar el agua.
No me resigno, y paso mis días construyendo puentes, tal vez hacia ningún sitio.
Grande. Hokusai
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