viernes, abril 13, 2007

Motivos

Flores de Timur. Roerich

Somos porque somos, sin más justificación. Nuestros motivos vienen después y no antes. Al llegar al presente lo encontramos vacío, como un pintor frente a un cuadro en blanco. En la obra de arte que es el existir, ¿quién puede afirmar que es mejor usar el rojo en vez del azul claro?

En la pared vertical del presente los motivos son los clavos que coloca la mente después de haber ya pasado. Nuestros pies no se apoyaron en ellos para subir este abismo creciente del tiempo. No tenían miedo de caer desde su altura de veinte, treinta, cuarenta años…. ¿Hacia donde podrían hacerlo? ¿Y quién es capaz de decir que una vida es mejor o peor que cualquier otra?

Pero la mente si teme. Necesita saber que se dirige hacia algún sitio. Necesita creer que todo tiene un sentido. Y construye cada día marionetas de papel, casitas de barro, primorosas miniaturas en las que todo encaja perfectamente.

La mente es una flor, y el orden su perfume.

Camino por la inmensidad de la vida, con esa pequeña flor en un bolsillo de la camisa. Siento su perfume, sobre el corazón.

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